Ir al contenido principal

Entradas

No fue un cambio climático lo que extinguió a los neandertales

Es la semana de las noticias homínidas. Un estudio publicado en Nature dice que un cambio climático abrupto no podría ser la causa de la extinción del Hombre de Neandertal . Como conocemos de sobra en este blog , la extinción de los neandertales es un tema de debate constante, que nunca llega a una conclusión aceptada por todos. Se podría calificar de misterio. Una de las teorías era que un cambio climático hubiera acabado con ellos, si bien no la más aceptada. Pero a la luz de este nuevo estudio parece que se podría borrar del todo esa teoría. El profesor Chronis Tzedakis, un paleoecologista de la Universidad de Leeds, y director del equipo de investigación, dice: "Hasta ahora, había tres limitaciones para la comprensión del papel del clima en la extinción de los neandertales : incertidumbre sobre el momento exacto de su desaparición, en la conversión de las fechas proporcionadas por el radiocarbono al calendario actual, y en los antiguos registros climáticos". Un bue

Los neandertales hablaban igual que nosotros según un nuevo estudio

En Atapuerca han descubierto dos huesos hioides preneandertales de hace 530 mil años, según presentan en un artículo en prensa del Journal of Human Evolution . Aquí ya habíamos discutido el habla neandertal y los huesos hioides. Estos nuevos descubrimientos aportarían pruebas de que el habla neandertal no difería de la del Homo sapiens , un debate caliente y que parece no terminar nunca, como el de su desaparición. Los huesos hioides encontrados en la Sima de los Huesos, en Atapuerca (España), son prácticamente idénticos a los nuestros, tanto en tamaño como en forma. Ya de por sí es una gran noticia el hallazgo de estos dos hioides, dado que estos pequeños y frágiles huesos apenas se encuentran en los yacimientos. El hioides es responsable de la mayoría de los movimientos de la lengua y de la laringe que no sólo actúa al tragar, sino que impiden que los alimentos sólidos o líquidos entren en la tráquea y el animal se ahogue. Pero además, explica Martínez en El País , &q

Homínidos primitivos no podía correr porque no tenían tendón de Aquiles

La mayoría de los primates carecen de tendón de Aquiles. Bill Sellers, de la Universidad de Manchester, cree que los homínidos primitivos no lo tenían tampoco. El científico realizó una simulación de la marcha del Homo sapiens y del Australopithecus afarensis mediante un ordenador, en la que pudo comprobar que el tendón de Aquiles es imprescindible para correr. Los resultados del estudio fueron presentados en el festival de la ciencia que se celebra actualmente en la ciudad inglesa de York. Lo que se deriva de esta conclusión es que el desarrollo del tendón fue imprescindible para que los homínidos se convirtieran en cazadores. El tendón de Aquiles actúa como un resorte, almacenando energía, lo que permite ganar velocidad. "Si uno es capaz de correr, puede pensar en cazar. Sin los tendones de Aquiles, es prácticamente imposible. Los humanos y, extrañamente, también los gibones tienen grandes tendones de Aquiles", dijo Sellers al diario 'The Times'. El desarro

Un neandertal que se limpiaba los dientes, en Pinilla del Valle

En Pinilla del Valle (Madrid, España) han descubierto los restos de un neandertal de unos 30 o 35 años, que habitó el valle de Lozoya hace 63.400 años. El dato curioso, aparte de que es el primer neandertal descubierto en la región, es que se pudo detectar que se limpiaba los dientes. Los restos son dos molares -la segunda y la tercera muela-, perfectamente conservados, que han sido dados a conocer hoy en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares. Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología y miembro del equipo de investigadores de Pinilla, ha explicado que los dientes hallados tienen "surcos formados por el paso de un objeto punzante, lo que confirma el uso de palillos para la limpieza bucal". Otro dato más para desmitificar la brutalidad de los neandertales, si bien no es nada nuevo. Ya había evidencias de que hace 2 millones de años se limpiaban los dientes. Leslea Hlusko escribió un artículo sobre cómo lo hacían en aquellos tiempos con tallos de pastos

El poder digerir el almidón nos ayudó en la evolución

El éxito de nuestra especie podría deberse a la gran capacidad que tenemos de digerir alimentos con alto contenido de almidón, como las papas por ejemplo. Un grupo de investigadores ha medido la presencia de copias de un determinado gen, responsable de la producción de una enzima relacionada con la digestión del almidón, en distintos grupos de primates y seres humanos. En comparación con los primates, los humanos tienen muchas más copias de un gen esencial para descomponer los almidones, informaron en la publicación Nature Genetics . Durante la mayor parte del día un gorila no hace otra cosa más que comer. En cambio, los seres humanos tenemos una dieta más amplia; en gran medida constituida por vegetales, pero de gran contenido calórico. Esto nos proporciona muchas ventajas sobre otros primates. Una de ellas, tiempo. No tenemos que dedicar tantas horas a la recogida, masticación y penosa digestión de alimentos abundantes aunque poco calóricos. A los humanos nos basta con tomar un

La postura bípeda de los homínidos de Laetoli

Una de las cuestiones críticas en la evolución humana concierne a la forma de caminar de los primeros homínidos. Si lo hacían con la cadera doblada, con las rodillas dobladas, o con los miembros inferiores más extendidos. Un estudio reciente dice que fuera como fuera que lo hacían, no tenía por qué ser de una forma lenta. La diferencia entre estas formas de caminar no son triviales, ya que la adopción de alguna de ellas tiene importantes implicancias para la evolución del bipedalismo . En un estudio publicado en el Journal of Human Evolution , se examinan las famosas huellas de Laetoli , de hace 3.7 millones de años, a fin de determinar si pueden aportar información sobre la postura de los primero homínidos. Estudios previos sugerían que el largo del paso en los homínidos de Laetoli eran como el paso de humano, así que los homínidos que dejaron su huella allí caminaban de una forma humana. Los autores del estudio, David A. Raichlena, Herman Pontzerb y Michael D. Sockolc, compa