El lenguaje es una de las marcas registradas con las cuales se identifican a los humanos. Una postura que va ganando adeptos dice que podría tratarse de una adaptación para crear y fortalecer vínculos sociales. Es decir, hacer sociales, o sea… chismear. No existe duda en la comunidad científica sobre la función que tuvo y tiene el lenguaje, que es la de intercambiar información. Pero, ¿qué sería más importante para la supervivencia de nuestros antepasados de hace miles de años? ¿Datos, hechos, información fáctica? ¿O conocer todo lo posible sobre la comunidad de la que formaban parte? Es decir, el chisme corriendo de boca en boca. Pero el lenguaje, sin el gran cerebro que tenemos, no podría existir. Son la gran cantidad de redes neuronales que surcan nuestra corteza cerebral las que permiten su funcionamiento. Y también son esas avenidas neurológicas las que posibilitan algo tan simple como el chisme. Pero bajo esa simpleza, el chisme esconde la historia evolut