En La voz de Galicia hay un interesante artículo sobre el recientemente descubierto yacimiento neandertal de Cova Eirós, del que hablamos aquí.
«Cuando se trata del hombre de Neandertal, toda la zona cantábrica se suele estudiar como un conjunto, pero Galicia quedaba fuera, porque era muy poco lo que se conocía de ese período en territorio gallego», señala Talía Lazuén, arqueóloga de la Universidad de Cantabria que codirige las excavaciones de Cova Eirós.
La investigadora indica que es demasiado pronto para decir si el yacimiento de Triacastela presenta muchos paralelismos con otros poblamientos neandertales de las regiones próximas, ya que para ello aún habrá que someter a un detallado examen de laboratorio los artefactos de piedra y los restos de animales recuperados en esta cueva.
«Todavía tenemos que conseguir dataciones absolutas, es decir, datos fiables sobre la antigüedad de estos materiales, y analizar muchos otros aspectos, porque el estudio de este yacimiento apenas acaba de empezar», agrega.
No obstante, el examen preliminar de los objetos desenterrados en Cova Eirós ya ha puesto de manifiesto una peculiaridad de los neandertales de Triacastela que parece diferenciarlos de las poblaciones cantábricas.
Se trata, según explica Lazuén, de que «en las industrias líticas de Cova Eirós hay una proporción muy alta de piezas talladas en cuarzo, un material que es muy raro encontrar en los yacimientos cantábricos».
El cuarzo se utilizó a menudo en el Paleolítico para fabricar instrumentos, pero como materia prima presenta una calidad mucho menor que la cuarcita o el sílex, ya que se rompe de una forma más irregular y por lo tanto resulta más difícil de tallar.
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