Un nuevo estudio pone en duda que el homínido Sahelanthropus tchadensis, de 6 millones de años, sea nuestro ancestro más lejano conocido, algo que proponían sus descubridores al pensar que había sido bípedo. Pero el análisis del hueso de la pierna, demostraría que no podía mantenerse en dos patas. Esto no sólo lo quitaría de nuestro árbol familiar directo, sino también que le sacaría el título de homínido, ya que estaría más emparentado con los chimpancés actuales, que caminan apoyando sus nudillos en el suelo.
Apodado Toumai, el fósil bastante completo de Sahelanthropus tchadensis fue desenterrado
en Chad, África, en 2001. Sus descubridores lo embanderaron como el primer
homínido, que son los primates que caminaron en dos patas, de los cuales somos
el último superviviente. Esto ocurrió por dos razones, una era su antigüedad de
6 millones de años, que lo ubica en el momento en que se cree que se separaron las
líneas evolutivas entre humanos y chimpancés, el animal actual más emparentado
con nosotros, que ocurrió hace entre 6 a 9 millones de años.
La otra razón fue la base del cráneo de Toumai. Los primates
que caminan en dos patas de forma habitual, como su forma de locomoción
principal, tienen la parte en la cual la columna vertebral se conecta con la
cabeza bien en el centro de la base del cráneo. Al parecer, esto sucedía con S. tchadensis,
según sus descubridores.
Pero el análisis, casi 20 años después, de huesos dejados de
lado por los descubridores originales, huesos importantísimos como los del
fémur, que son muy característicos entre los primates bípedos, por el hecho de
que sostienen gran parte del peso del cuerpo, por cómo conectan con la cadera,
etc.
Según el nuevo estudio, el fósil de muslo, o más exactamente
de un fémur izquierdo, fue dejado de lado intencionalmente por los
descubridores, porque no se sostenía con su postura de que el cráneo de Toumai
indicaba bipedismo. El fósil se encontró en el mismo lugar que Toumai, pero los
descubridores lo dejaron de lado aduciendo que era de otro primate.
El nuevo estudio, publicado en Journal
oh Human Evolution, por Macchiarelli y colegas, dicen que el fémur
pertenecería Toumai o a algún pariente. “Estamos convencidos de que pertenece a
un homínido, y la hipótesis más probable sería que pertenece a Sahelanthropus tchadensis”, dijeron en
el artículo los científicos. “Perteneció a un individuo que no era un bípedo
habitual, por lo que habría que repensar la relación de S. tchadensis con el
resto de los homínidos”.
Nuestros antepasados
remotos
Existen diversas pruebas genéticas que indican que nuestros
parientes más cercanos actuales, son los chimpancés y los bonobos, y del mismo
modo se pudo descubrir que el último antepasado común que tuvimos con ambos, habría
vivido hace unos entre 6 a 7 millones de años atrás.
Son pocos los fósiles que se han descubierto de esa época
como para poder conocer a nuestro ancestro más remoto, el que se separó por
primera vez de la línea evolutiva que llevaría a los chimpancés. Dos de esos
posibles primates fósiles ancestrales se creía que podrían ser Sahelanthropus tchadensis y otro llamado
Orrorin tugenensis, ambos de África.
Pero nunca fueron totalmente aceptados, porque las evidencias a favor de que
fuesen bípedos eran escasas y controvertidas. Ahora, a la luz del nuevo
estudio, el pobre Toumai queda cada vez más lejos de nuestro árbol familiar más
cercano.
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