Nuestros antepasados de hace más de 3 millones de años, los Australopitecos, tenían un pie adaptado a caminar en dos patas, como nosotros, pero sus niños tenían unos dedos gordos especiales: eran capaces de agarrar, esto les permitía sujetarse al cuerpo de sus madres, o trepar a los árboles. Para los paleoantropólogos es muy difícil encontrarse con pies a la hora de estudiar la evolución de nuestro andar bípedo. Tiene 26 huesos pequeños, por lo que es muy difícil descubrirlos en los fósiles de nuestros antepasados. Lucy, la astralopiteca más famosa, y uno de los fósiles de homínidos más completos, no tenía sus pies. Se conocían pies fósiles de los Australopithecus , que si bien evidencian una forma de caminar diferente a la de sus descendientes los humanos, eran bípedos habituales. Pero un nuevo estudio, publicado en Science Advances , muestra que los pies de los niños mantenían ciertas características más similares a las de los chimpancés. Mi pie izquierdo fósil Se trata d