Pocos miembros del linaje humano han sido tan malignamente representados en la cultura popular como los neandertales. Desde su descubrimiento en 1856, hasta fines del siglo 20, nuestros primos homínidos más cercanos fueron constantemente subestimados, al grado de que decirle neandertal a alguien es un insulto. Para muchos científicos, los neandertales no eran lo suficientemente inteligentes como para codearse con el gran Homo sapiens. Pero las evidencias arqueológicas, y paleoantropológicas que se han ido acumulando desde los 1990s hasta la fecha, han ido desarrollando una historia mucho más compleja y rica de esta especie humana. No sólo eran tan buenos cazadores como el Homo sapiens, sino que eran capaces de conservar cráneos como trofeos. Hoy en día podrá parecer extraño que los científicos se maravillen de este descubrimiento, pero este detalle dice mucho sobre la capacidad cognitiva de quienes lo hacían. Conservar y hasta modificar un cráneo animal, nada tiene que ver con la alim
Gracias al diente de un cazador recolector que vivió hace 23 mil años en Granada, España, se demostró que la Península Ibérica fue el último refugio de los primeros pobladores de Europa durante el período más frío de la Última Era de hielo. (Artículo originalmente publicado en revista Muy Interesante. Julio, 2023. Nº 506.) Los primero pobladores Homo sapiens de Europa llegaron con una oleada inicial hace unos 45 mil años, ya entrada la Última Era de Hielo. Durante unos 15 mil años fueron colonizando el continente, sin demasiados problemas. Pero hace unos 25 mil a 19 mil años, todo lo que quedaba de ellos era un pequeño reducto en el sur de la Península Ibérica. Ya los huesos, y los estilos tecnológicos de herramientas de piedra, parecían indicarles a los expertos que todo el sur de Europa había funcionado como refugio durante el llamado Máximo Glacial, el período más frío y cruento de la última Era de Hielo. Pero nuevos descubrimientos apuntan hacia otro lado. En especial el aná