Mientras preparo unas cuantas entradas sobre descubrimientos que acaban de salir publicados entre diciembre y este nuevo año, los dejo con esta nota interesante, escrita por Nora Bar para el diario La Nación. Es sobre la difusión de la ciencia, me pareció importante darla a conocer a los investigadores y periodistas que leen este blog:
Cómo hablar con los medios
Por Nora Bär
ciencia@lanacion.com.ar
A los periodistas frecuentemente se nos acusa de teñir de sensacionalismo el trabajo de los científicos en pos de un titular llamativo.
Pero según los más de doscientos investigadores, funcionarios y representantes de medios europeos consultados para elaborar las nuevas "Guías sobre la comunicación de la ciencia y la salud" -producidas por el Centro de Investigaciones Sociales de Gran Bretaña y la Escuela de Investigaciones en Comunicación de Amsterdam-, muchas de las distorsiones y malentendidos que exhiben actualmente las notas periodísticas surgen de una cierta incapacidad de los científicos para comunicar sus hallazgos. El resultado, según las conclusiones del Programa Messenger, dentro del cual se desarrollaron las guías, es que el público se forma una imagen distorsionada del proceso científico, padece ansiedades innecesarias y alienta falsas esperanzas.
El trabajo, dirigido a los científicos, se desarrolló para orientarlos sobre cómo es conveniente comunicar información precisa que permita al público participar más activamente en el diálogo cívico y tomar decisiones en temas controvertidos que involucran nuevas tecnologías. Se alienta a los investigadores europeos a consultarlas.
Algunas de las recomendaciones:
* ¡Lea los diarios, mire la televisión! Es importante que esté al tanto de cómo su tema de investigación es reflejado en los medios. ¿Cuáles son las áreas de controversia? ¿Cómo se perciben los riesgos?
* Conozca a los periodistas y estilos locales. La forma en que se cubren las noticias científicas varía de país en país de acuerdo con cuestiones morales, comerciales, regulatorias.
* Aclare si sus hallazgos son preliminares. Aunque hay una natural tendencia a destacar la importancia del propio trabajo, esto no sirve a los intereses del público ni de los científicos.
* Destaque en qué forma sus hallazgos difieren de los obtenidos por otros. Esto ayudará a los lectores a ponerlos en contexto y a entender que otros investigadores pueden tener diferentes visiones sobre el mismo tema.
* Sea especialmente claro en la comunicación de los riesgos. Para un científico, el riesgo es simplemente la probabilidad estadística de que ocurra algo. Esta no es, sin embargo, la forma en que lo entienden las personas no entrenadas. Conviene aclarar cuál es el riesgo absoluto, de modo que se entienda el riesgo relativo, realizar comparaciones y poner en contexto los grandes números. Por ejemplo: ¿es grande, moderado o pequeño un riesgo de uno en un millón?
* Si sus investigaciones tienen implicancias para la calidad de vida de su comunidad, sea particularmente cuidadoso al describirlas. Este puede ser el caso cuando trabaja en problemas alimentarios, seguridad, medio ambiente y otros temas. Esté preparado para participar en discusiones sociales, éticas, económicas y políticas.
Como afirman en sus consideraciones preliminares los autores del Messenger: "Promover la cultura científica es parte de una buena «higiene democrática». Es indispensable para que el público pueda entender y dirigir el progreso".
Y en esto, científicos, periodistas y lectores tenemos responsabilidades compartidas...
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