El yacimiento español de La Güelga, en Cangas de Onís, es famoso por sus restos de neandertales. Se han enviado muestras a Oxford para que fuesen analizadas y fechadas por el método de carbono 14, y han arrojado una datación de 45 mil años de antigüedad.
Eso es 10 mil años más de lo que se pensaba, que lo relaciona con la época en que estaba poblado otro gran yacimiento neandertal español que es El Sidrón, en Piloña.
“La prueba del carbono 14 afina un poco más y nos da una mayor exactitud sobre las fechas de ocupación, datando las piezas más antiguas halladas en la cueva en los 45.000 años, como en el Sidrón”, dijo Mario Menéndez, director y coordinador del proyecto de investigación, y también director del centro asociado en Asturias de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. “No obstante, con la información que tenemos no podemos asegurar ni valorar si se trataba del mismo grupo”.
También dijo: “Hallamos un tipo de herramienta elaborada con técnicas avanzadas por el hombre moderno en el mismo nivel en el que se encontraron otras piezas más básicas, presumiblemente confeccionadas en la misma época pero por el hombre neandertal”. Lo que implicaría que compartían espacio y tiempo.
En esta zona se hallaron numerosos restos de artemueble, arterupestre, herramientas sofisticadas y adornos cuyo estudio concluye que la cuenca del Sella funcionó en la Prehistoria como «una misma unidad territorial». Así, explicaba ayer Menéndez, los hombres magdalenienses que vivían entonces en la comarca se movían geográficamente por los diferentes yacimientos en función de sus necesidades. “Pasaban el invierno en la costa, en época del salmón vivían junto al río y luego subían al monte a cazar”, dijo a modo de ejemplo.
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