Noticia publicada en La voz de Asturias:
Los arqueólogos buscan el lugar donde vivieron los hombres del Sidrón
Los investigadores realizan sondeos para ver cómo llegaron los huesos a la cueva.
* LUIS ORDOÑEZ (10/09/2006)
El pasado 1 de septiembre marcó la hora cero de la nueva campaña para los investigadores de la cueva del Sidrón. El equipo dirigido por Javier Fortea y Marco de la Rasilla inicio los trabajos de búsqueda de restos en el que se ha convertido en uno de los yacimientos del hombre de neandertal más relevantes del mundo.
Sus huesos, y sus restos de ADN, ha empezado a desvelar algunos de los misterios en torno a la especie que precedió a los humanos actuales. Pero aún queda un misterio que revelar en la propia cueva de Sidrón: "la cueva no es una zona de habitación, nuestra hipótesis es que los huesos llegaron allí por un proceso natural y, en función de esa hipótesis, trabajamos para encontrar en el exterior el lugar donde habitaron", explicó Fortea.
El área que rodea a la entrada de cueva en la actualidad poco tiene que ver con el paisaje de Piloña hace entre 40.000 y 50.000 años "Es una zona llena de abrigos, dolinas y agujeros, pero que están tapados por la sedimentación", destacó Fortea. Encontrarlos requiere algo de imaginación "buscando en las zonas cercanas al agua"; pero también algo más tangible: "en julio tuvimos a algunos espeleólogos del equipo dentro de las galerías viendo las chmeneas y qué desarrollo tenían, en algunas encontramos un punto taponado y, de nuevo la pregunta nos devuelve al exterior" señaló De la Rasilla.
Ahora llega el momento de "hacer sondeos mecánicos para ver los estratos del relieve en diferentes puntos y las posibles vías de entrada", añadió De la Rasilla. Esa será "la prueba de fuego" según Fortea, una vez que se unan estos datos a los ya recabados años atrás con pruebas y estudios como tomografías eléctricas (la medición de la resistividad de u terreno a través de la corriente eléctrica) y gravimetrías (un método para calcular la cantidad de una sustancia midiendo su peso).
"Ahora hay que combinar esos datos --explicó Fortea-- vendrá un topógrafo de Salamanca, e iremos uniendo la información para ver de qué zonas se puede sacar, mirando toda la información, haciendo un ajuste entre el plano de la cueva (que se ha hecho muy bien) y el exterior, no como está ahora, sino como debió ser en la época de los neandertales".
Por supuesto, aun queda mucho por hacer en el interior de la cueva. "Aquí no hicimos más que empezar", aseguró Fortea para resaltar lo mucho que aún puede aparecer en sus galerías. En esta campaña recién iniciada, el equipo va a "ir ampliando y ensanchando algunas cotas del osario, acotar el área donde hay más hallazgos y tratar de encontrar más huesos". De momento ha encntrado ocho individuos --varios adultos, dos adolescentes y un niño de en torno a 4 ó 5 años-- pero, según De la Rasilla, esa cifra es "como mínimo".
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