Del blog de Eudald Carbonell
Esta semana hemos hecho pública la noticia de la reconstrucción completa y en 3D del cráneo de Homo antecesor, con músculos y piel incluidos. Quiero aprovechar este acontecimiento para hablar sobre quién era este homínido y cómo decidimos crear una nueva especie.
Esto ocurrió en el año 1994 y fue un hito para la prehistoria europea. Junto con los otros dos codirectores del Proyecto Atapuerca, José María Bermúdez de Castro (CENIEH – Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana) y Juan Luis Arsuaga (Instituto Carlos III), decidimos establecer una nueva especie en el panorama evolutivo mundial. Por primera vez, un equipo español daba nombre a una especie humana.
Nos pareció muy interesante asignarle el nombre de Homo antecessor, pues antecessor era como los romanos llamaban a los exploradores de las legiones que recorrían los territorios antes de que llegara el grueso de los ejércitos.
Catorce años después del descubrimiento, los fósiles craneales y postcraneales obtenidos en las excavaciones han permitido conocer las características anatómicas de este homínido, que tenía una altura de entre 1,60 – 1,70 m, un cerebro de 1.000 cm cúbicos y que practicaba el canibalismo cultural; desconocía el fuego, pero era un buen constructor de herramientas de piedra y un gran cazador.
A partir de los fragmentos craneales, exactamente de un maxilar y de un frontal, se ha procedido por primera vez a una reconstrucción completa y en 3D que hemos presentado coincidiendo con la Semana de la Ciencia de Cataluña. Ha sido una tarea que han desarrollado Gala Gómez, Carlos Lorenzo, Jordi Espona y Álex Soler, miembros del IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social).
En esta reconstrucción se pueden apreciar las características modernas del rostro del Homo antecesor junto con rasgos arcaicos, estos últimos palpables en las órbitas de los ojos.
Comentarios