Nuestros antepasados de hace más de 3 millones de años, los Australopitecos, tenían un pie adaptado a caminar en dos patas, como nosotros, pero sus niños tenían unos dedos gordos especiales: eran capaces de agarrar, esto les permitía sujetarse al cuerpo de sus madres, o trepar a los árboles.
Para los paleoantropólogos es muy difícil encontrarse con pies a la hora de estudiar la evolución de nuestro andar bípedo. Tiene 26 huesos pequeños, por lo que es muy difícil descubrirlos en los fósiles de nuestros antepasados. Lucy, la astralopiteca más famosa, y uno de los fósiles de homínidos más completos, no tenía sus pies.
Se conocían pies fósiles de los Australopithecus, que si bien evidencian una forma de caminar diferente a la de sus descendientes los humanos, eran bípedos habituales. Pero un nuevo estudio, publicado en Science Advances, muestra que los pies de los niños mantenían ciertas características más similares a las de los chimpancés.
Mi pie izquierdo fósil
Se trata del análisis del pie fósil de 3,32 millones de años, de una niña de la especie Australipithecus afarensis que había sido descubierto en 2002, en Etiopía. A los paleoantropólogos que descubrieron a esta niña en el yacimiento de Dikika, les llevó años de trabajo delicado desprender los restos fósiles de la roca de arenisca donde estaban incrustados.
Apodada Selam, que significa paz en amhárico, contaba con 3 años de edad al momento de su muerte. Es uno de los homínidos fósiles más completos descubiertos. El pie izquierdo es el único que se descubrió y estaba totalmente completo, algo no sólo raro en adultos, sino casi imposible de conseguir en niños de hace 3 millones de años. Pensemos que apenas mide unos 6 centímetros de largo.
Lo más interesante del pie de Selam es que cuenta con un mosaico de características, unas ya del bipedismo que se ve en sus parientes adultos, y otras más relacionadas con trepar a los árboles. El tobillo es muy similar al nuestro, pero los huesos del dedo gordo están curvados, similar al de los chimpancés. Pero a diferencia de estos primates actuales, el dedo de Selam está alineado con los otros como en los pies humanos, es decir no se abre hacia el costado como en los chimpancés.
El talón de Selam también es bastante extraño, según dicen los autores del estudio. Los adultos australopitecos tenían talones robustos, como los que tenemos nosotros desde pequeños, especiales para caminar erguidos. Pero el de la niña de Dikika era pequeño y delicado. Así es que al parecer, si bien eran bípedos, su pie se desarrollaba de una forma muy diferente a como sucede entre los humanos.
Dedo trepador
El dedo curvado de Selam sugiere que los niños australopitecos tenían la habilidad de agarrarse de la madre no sólo con las manos, sino también con los pies. Esto puede hablarnos sobre cómo era la sociedad de los australopitecos, ya que indica que la mujer por aquellos tiempos tenía un poco más de libertad a la hora de cuidar de sus crías. No necesitaban llevarlos en brazos.
Pero si bien sus pies se podían aferrar a algo mejor que los nuestros, tampoco eran como los de un chimpancé actual, que literalmente puede agarrar algo como si de una mano se tratase. Otro homínido al que se descubrió con pies completos es Ardipithecus ramidus, de hace 4,4 millones de años, que si bien caminaban en dos patas, sus pies nada tenían que ver con los nuestros, eran más parecidos a una mano, así es que tal vez Selam muestre que los australopitecos mantenían características primitivas durante su niñez que se modificaban durante la adultez.
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