Siguiendo con nuestra sección de Conoce a tus fósiles, hoy hablaremos del famoso Hombre de Pekín, un fósil de Homo erectus hoy datado en 770 mil años de antigüedad.
Se trata de un casquete craneal descubierto en Longgushan (la Colina Hueso de Dragón), en el sistema de cavernas de Zhoukoudian, que se encuentra cerca de Pekín o Beijín, capital de China. Es el segundo Homo erectus descubierto, el primero es el Hombre de Java.
La historia del descubrimiento de este fósil comenzó en 1921, cuando el geólogo sueco Johan Gunnar Andersson y el paleontólogo estadounidense Walter W. Granger fueron llevados a Longgushan por unos trabajadores de canteras locales.
Allí Anderson reconoció cuarzo que no era de la región, por lo que enseguida sospechó la presencia de “hombres primitivos”. El asistente de Andersson, Otto Zdansky, comenzó las excavaciones en la zona, y descubrió un molar fósil que parecía humano. Recién volvieron en 1923, y descubrieron dos nuevos molares.
No se volvió al yacimiento hasta 1927, pero esta vez quien fue a excavar fue el anatomista canadiense Davidson Black, que con dinero de la Fundación Rockefeller comenzó a buscar en el mismo lugar que Zdansky y Andersson. Pero lo extraño de Black, es que ya había leído sobre los dientes descubiertos, pero no los había visto, aunque al parecer esto le pareció suficiente como para escribir un estudio sobre lo que él creía que era un humano antiguo.Su estudio lo publicó en Nature y en Science, ya revistas prestigiosas en esa época, diciembre de 1926.
Recién un año después fue excavar y encontró un nuevo diente. Volvió a publicar un paper describiendo una nueva especie a la que llamó Sinanthropus pekinensis. Pero Black se aburrió pronto al sólo descubrir fósiles de mamíferos en 1928.
Black dejó al paleontólogo chino Pei Wenzhong a cargo de la excavación en 1929, el año en que se hicieron los mejores descubrimientos. Fue al atardecer del 2 de diciembre, mientras Pei y algunos trabajadores excavaban en lo profundo de la cueva, en un área tan pequeña que permanecer parado era imposible. Sostenían velas en una mano y escavaban con la otra. En esa luz huidiza Pei vio un fósil grande y redondeado, había descubierto el famoso casquete craneal del Sinanthropus, el Hombre de Pekin. Estaba completo, sólo faltaba el rostro.
Black, estaba extasiado, y escribió por todos lados sobre el descubrimiento, que también se hizo famoso en los periódicos londinenses, en París y en Estados Unidos. Fue él quien lo asoció enseguida con el Pithecantropus descubierto por Eugène Dubois, en 1891 en Indonesia.
Luego vendrían en el mismo yacimiento más de cuarenta indivíduos adultos, jóvenes y niños, incluyendo seis bóvedas craneanas casi completas.
Lo más extraño de esta historia es que todos esos fósiles desaparecieron. No contamos con ellos hoy en día, por culpa de la guerra y unos marines inescrupulosos. En 1937 China fue invadida por lo japoneses, y fueron escondidos, pero para 1941 se decidió enviarlos a Estados Unidos para que fuesen protegidos, pero en el camino alguien los robó… se cree que un grupo de marines.
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