La mayoría de los primates carecen de tendón de Aquiles. Bill Sellers, de
El científico realizó una simulación de la marcha del Homo sapiens y del Australopithecus afarensis mediante un ordenador, en la que pudo comprobar que el tendón de Aquiles es imprescindible para correr. Los resultados del estudio fueron presentados en el festival de la ciencia que se celebra actualmente en la ciudad inglesa de York.
Lo que se deriva de esta conclusión es que el desarrollo del tendón fue imprescindible para que los homínidos se convirtieran en cazadores. El tendón de Aquiles actúa como un resorte, almacenando energía, lo que permite ganar velocidad. "Si uno es capaz de correr, puede pensar en cazar. Sin los tendones de Aquiles, es prácticamente imposible. Los humanos y, extrañamente, también los gibones tienen grandes tendones de Aquiles", dijo Sellers al diario 'The Times'.
El desarrollo de este músculo tuvo consecuencias en otros aspectos. "La capacidad de correr permitió seguramente a nuestros antepasados pasar de una dieta mayormente herbívora a actividades relacionadas con la caza, que nos resultan más familiares", explica el científico británico.
Resulta difícil seguir la evolución del tendón de Aquiles dado que muy pocos fósiles de homínidos tienen intactos los pies. Según Sellers, por la forma de otros huesos parece que el tendón no evolucionó hasta hace dos millones de años, probablemente con la llegada del Homo erectus.
Fuentes: LiveScience y El Mundo
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