Hace 27 mil años los cazadores de lo que hoy es la República Checa al parecer tenían asadores en los cuales podían cocinaban todas las partes de un mamut.
En el yacimiento conocido como Pavlov, cerca de la frontera con Eslovaquia y Austria, se han descubierto una hembra y una cría de mamut, un zorro ártico, restos de osos y también caballos y renos. Todos ellos dentro de un pozo que se usaba para asar.
“Parece que, en contraste con otras poblaciones del Paleolítico Superior en Moravia, esta gente dependía fuertemente de los mamuts”, dijo Jiri Svoboda, director del proyecto. Y autor principal del estudio publicado en Antiquity.
Hace poco se dudaba que tanto neandertales como los primeros sapiens europeos cazaran grandes animales como mamuts o rinocerontes lanudos, ya que lo veían como una empresa muy arriesgada. Pero hay suficientes pruebas a favor de que estas cacerías de animales inmensos, ocurrían al menos de vez en cuando.O tal vez, como dice Txema en comentarios, aprovechasen lo que la naturaleza les daba, con la muerte natural de un mamut, que luego nuestros parientes antiguos aprovechaban como carroñéo.
En el yacimiento checo se descubrieron las piedras utilizadas para cocinar en el mismo pozo y alrededor. El sistema se usa hoy en día todavía, y consiste en cavar un pozo, rodearlo de piedras y hacer una fogata sobre ellas. Cuando el fuego se apaga, se coloca la presa envuelta en algo sobre las piedras, y luego se tapa. Es un horno natural que cocina con el calor de las piedras y de la tierra o arena que cubra el hueco.
Miles de años después los arqueólogos pueden identificar cuando una roca estuvo expuesta al fuego, y cuanto tiempo lo estuvo.
En el mismo yacimiento se descubrieron huesos de las comidas con marcas de cortes, y también numerosas herramientas líticas. Incluso guijarros decorativos y y piezas de cerámica y arcilla cocinada, que en algunas hasta se pueden ver huellas de dedos.
Fuente: Discovery News
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Una cosa más: el asado de los animales no implica su caza. Una cría de mamut quizás fuera una presa fácil para unos cazadores que pudieran arrojar proyectiles a distancia; bastaría con esperar a que muriera y a que la madre la abandonara tras su muerte para hacerse con ella. Pero cazar animales adultos con grandes defensas, eso sí que parece una empresa arriesgada; cuesta creer que algún grupo humano pudiera jugarse la vida de sus adultos para matar esas presas. Parece más creíble que fuesen cadáveres aprovechados para el carroñeo, sobre todo cuando entre ellos aparecen restos de osos.
Si de verdad "hay suficientes pruebas a favor de estas cacerías de animales inmensos", estos restos de Pavlov no me lo parecen. Al menos con los datos que aparecen en el post.
Txema M