Vuelve Australopithecus sediba, recuerdan aquél fósil que salió a la luz a principios del año pasado, cuyo descubridor Lee Berger, decía que era un mosaico de australopitecos y homo, y que era muy probable que fuese ancestro directo de nuestro género humano.
Hace poco se llevaron a cabo las reuniones anuales de la Paleoanthropology Society y de la American Association of Physical Anthropologists. Allí Lee Berger y sus colaboradores presentaron nuevo material sobre A. sediba muy interesante.
Es poco lo que sabemos sobre los primeros ancestros de nuestro género así que este fósil, que se ubica justo en el límite, con una antiguedad de 1,95 millones de años, es bienvenido.
Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica, anunciaron el año pasado el descubrimiento de dos esqueletos parciales bastante completos de lo que ellos llamaron una nueva especie: Australpithecus sediba. Según ellos mostraban un mosaico de características que los vinculaba tanto con australopitecos como con Homo.
Hubo bastante controversia sobre si era o no una nueva especie, si era un australopiteco, si era un Homo, o si era ancestro de Homo.
Ahora con la presentación de nuevos estudios realizados a esos dos fósiles, parece haber mucha más información para aquietar las aguas. Kristian J. Carlson habló sobre unos estudios que se les hicieron a los cráneos, con un sincrotrón. Se estima su capacidad craneal en unos 420 cc, un tercio de la nuestra. Se ubica justo en el límite superior de los australopitecos.
Pero lo interesante fue la forma del lóbulo frontal, que tendría una organización más parecida a la humana que a la de los australopitecos. Esto también es interesante al hacer notar que la reorganización del lóbulo frontal, clave en el género humano, y el aumento del cerebro no habría sido simultáneo como se creía.
Darryl de Ruiter, de la Universiad de Texas, también estudió el cráneo pero desde otro ángulo. Al parecer tiene características similares al Australopithecus africanus, pero también otras parecidas a Homo, más que cualquier otro australopiteco. También se mencionó la mezcla de caja torácica simiesca, brazos largos, pero manos con dedos cortos y pulgar largo como en humanos.
Pero lo más interesante fue la pelvis de sediba. Se viene diciendo que el aumento en el tamaño del cerebro, en nuestro género humano, habría sido la razón de la evolución distintiva de nuestra pelvis. Pero sediba, con su cerebro pequeño, tenía una pelvis muy parecida a la de los primeros humanos.
Habrá que esperar a que salgan más estudios publicados, y que otros paleoantropólogos tengan la oportunidad de evaluar las características de los fósiles, pero todo parece apuntar a que Australopithecus sediba al menos estaría relacionado con el ancestro más directo del género Homo.
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