Vestigios prueban hombre Neandertal se adaptó a climas templados
El hombre de Neandertal estuvo en Europa Occidental también durante el periodo interglaciar transcurrido entre 130.000 y 115.000 años antes de nuestra era, y no sólo en las etapas de clima frío que le precedieron y le sucedieron, según prueban vestigios encontrados al norte de Francia.
Las conclusiones del hallazgo las expusieron hoy científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP) y del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) en el mismo lugar donde se descubrieron, el pueblo de Caours.
Entre los años 300.000 y 30.000 antes de Cristo, los neandertales vivieron en Europa las eras glaciares, a las que se adaptaron perfectamente.
Sin embargo, su pista desaparecía para los expertos en Europa nororiental durante el último episodio interglaciar, entre hace 130.000 y 115.000 años, explicó el INRAP en un comunicado.
Esta ausencia de pistas divide a los especialistas entre quienes sostienen que el hombre de Neandertal no logró adaptarse al templado clima oceánico y su vegetación -que formaba una 'barrera verde'-, y quienes la atribuyen a la acción erosiva de la última glaciación que causó la desaparición de la práctica totalidad de los restos de estos homínidos en la región.
El sitio de Caours, preservado por el depósito de sedimentos aluviales, es la primera prueba de la presencia de los neandertales en Europa Occidental durante este episodio interglaciar, en el que 'las temperaturas medias eran incluso dos o tres grados superiores a las nuestras', explicó el experto en Prehistoria del INRAP Jean-Luc Locht.
El sitio conserva los restos de un espacio donde los neandertales despedazaban sus animales de caza, como ciervos, gamos, elefantes y rinocerontes, 'de la misma forma que lo hacían sus colegas de los periodos fríos más antiguos o recientes', apuntó el arqueólogo y zoólogo del CNRS Patrick August. "Sólo cambian los animales capturados", precisó August.
Esto muestra que el hombre de Neandertal de Caours "se adaptó igual de bien al clima frío y al entorno abierto que al clima templado cálido y a las condiciones de una vegetación relativamente densa".
Esos vestigios demuestran que el hombre de Neandertal supo adaptarse a "variaciones brutales del clima" por lo que éstas "no pueden ser la causa de su desaparición", sentenció el INRAP.
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