Timothy Bromage, paleoantropólogo de la New York University College of Dentistry, realizó la reconstrucción del cráneo de 1.9 millones de años, y descubrió que tenía un cerebro sorpresivamente pequeño y una mandíbula prominente, características comúnmente asociadas con los miembros de la familia homínida más antiguos, de hace unos 3 millones de años.
El Homo rudolfensis está caracterizado por el individuo KNM ER 1470, descubierto en 1972 por un miembro del equipo de Richard Leakey. En un principio se lo clasificó como Homo habilis, pero luego se creyó que se trataba de una especie aparte por tener características própias: volumen craneal mayor al del H. habilis, cara plana, etc. Pero según Bromage estas características vistas previamente, en la reconstrucción no serían tan aguzadas, lo que lo acercaría al H. habilis. Bromage dice que el rostro plano más cercano a nuestra propia especie, habría comenzado a desarrollarse en especies posteriores como el Homo ergaster y Homo erectus.
"El Dr. Leakey", dijo Bromage, "produjo una reconstrucción parcial basada en expectativas preconcebidas erróneas sobre la apariencia de los primeros humanos que violó los principios del desarrollo craniofacial". La reconstrucción de Bromage redujo la capacidad craneal del H. rudolfensis a la mitad de la nuestra, y esto los acerca a los Australopitecus más que al género Homo, dice.
Bromage desarrolló una reconstrucción de acuerdo a principios biológicos sosteniendo que los ojos, orejas y boca deben estar en relación mutua en los mamíferos. "Debido a que él no utilizó esos principios, Leakey produjo una recosntrucción que no puede haber existido en la vida real", concluyó Bromage.
Ralph Holloway, que trabajó con el KNM-ER 1470 en los 70, realizó en aquel tiempo una reconstrucción y arrojó un volumen cerebral de 752 cc. Dice que los huesos fósiles encajan perfectamente, y que el molde del cerebro fue realizado dentro de la s proporciones del cráneo. Holloway realizó el trabajo para Leakey y dice que recuerda muy bien que este cerebro del rudolfensis no es tipo simio, como dice Bromage.
Otros paleoantropólogos han protestado por el reducido tamaño cerebral que Bromage aduce, mientras que están de acuerdo con respecto a que la forma del rostro sí estaba mal reconstruida, pero Holloway dice que esto no debería afectar el tamaño del cerebro.
Fuente: Eurekalert
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