Primero haremos una historia de este fósil Omo I, para que lo conozcan quienes no han sido presentados.
Fue descubierto en 1967 por una expedición liderada por Richard Leakey, casi en la sima del Miembro I de la formación rocosa Kibish, en el que fue llamado Kamoya’s Hominid Site. Omo I (descrito por primera vez en 1969)consistía en aquel momento de un cráneo anatómicamente moderno incompleto, sin rostro, y un fémur. Por los huesos del fémur se cree que podría tener una altura de 1,78-1,82 metros, pero el estudio del metatarso arroja una estatura estimativa menor, de unos 1,62-1,73. O sea que no es clara la altura. Se trataba de un adulto joven, pero no se pudo determinar el sexo.
También fue encontrado otro cráneo al que se llamó Omo II, también moderno. Recién para 1991 se conoció un estudio claro sobre la morfología de estos cráneos. Para 2003 se volvió a escavar el lugar y se descubrieron nuevas partes del individuo Omo I, un fémur, esta vez el derecho, dos falanges, el talón derecho y un hueso de la cadera.
La edad de los restos, y de la formación Kibish en sí, fue un debate que duró muchos años, no se la pudo calcular con exactitud. Recién en tiempos más actuales, luego de las expediciones de 1999-2003, se pudo conocer una fecha precisa. Se dataron feldespatos utilizando la técnica de Potasio Argón, la fecha relativa es de entre 104 a 196 mil años, pero en comparación con otras dataciones de la misma zona se llegó a un estimativo de 195 mil años de antigüedad para Omo I.
En un nuevo estudio, publicado en Journal of Human Evolution, realizan un estudio completo de los restos fósiles de Omo I.
Ye desde antes se notó que si bien Omo I tiene aspectos anatómicamente modernos, también tiene características inusuales. Estas son que tiene un hueso radio diferente, que en la zona donde se inserta el músculo bíceps se orienta de forma diferente; también que el talón es diferente; y la curvatura de los huesos del metacarpo son reducidas, similares a las de los neandertales.
Pero esta característica también se la comparte con los restos de humanos tempranos de Medio Oriente, lo que hace sospechar a los autores que esa característica se deba a un ancestro africano, y no a una cruza con neandertales como se había sugerido.
Los autores concluyen que “la descripción provista aquí del Omo I confirma el estatus de más antiguo ejemplo conocido de humano anatómicamente moderno”. También dicen “Si bien antes podría haber sido interpretado razonablemente que estas características de tipo neandertal presentes en los tempranos humanos modernos de Eurasia como una evidencia potencial de intercambio genético con poblaciones neandertales, la presencia de estas características en Omo I arrojan una posibilidad diferente de que los primeros humanos modernos de Eurasia las hubiesen heredado de un ancestro africano más que de los neandertales”.
Referencia
Osbjorn M. Pearson et al., A description of the Omo I postcranial skeleton, including newly discovered fossils, J Hum Evol (2008), doi:10.1016/j.jhevol.2008.05.018
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