Síntomas severos en COVID19 han sido relacionados a seis genes del Cromosoma 3, muy comunes en gente originaria de Bangladesh. Pero extrañamente, esa variante del cromosoma los humanos la habríamos heredado hace 50 mil años de una especie humana extinguida, los neandertales, si bien por aquellos tiempos era una ventaja.
Hasta hace poco la gente se entusiasmaba cuando se enteraba del hecho de que su ADN lleva gran cantidad de genes especies humanas extinguidas. Entre un 1 y un 4% de los 30 a 35 mil genes que suelen componer nuestro genoma provienen de nuestros primos neandertales. Pero ahora ya no hay tanto entusiasmo al descubrir que algunos de esos genes que nos pasaron hace 50 mil años podrían predisponernos a sufrir síntomas severos de la enfermedadCOVID-19 causada por el virus SARS-CoV-2.
Son apenas 6 genes, un trocito de nuestro genoma, que forman
parte del Cromosoma 3. Extrañamente,
esta variante es muy común en el sudeste asiático, donde casi un tercio de la
gente la ha heredado de los neandertales. En Bangladesh es donde más se ha
esparcido, el 63 por ciento de la población la lleva.
En otras partes del mundo, por el contrario es muy rara, tan
sólo el 8 por ciento de los europeos la tienen, y en África está casi ausente. Pero
sí se ha visto que en países como el Reino Unido o Italia, gente originaria de Bangladesh,
experimentaba síntomas severos.
Ahora, ¿por qué tenemos unos genes neandertales que son
dañinos? Habiendo pasado 50 mil años, la selección natural, el motor de la
evolución, debería haber descartado algo dañino para la especie. Y es ahí donde
está el quid de la cuestión, no siempre fue dañino, es culpa del SARS-CoV-2 que
explota y vuelve peligroso algo que antes era bueno.
Si bien no se sabe a ciencia cierta qué es lo que hacen esos
6 genes neandertales del Cromosoma 3, se cree que estaban relacionados con
generar una fuerte respuesta inmunológica frente a la invasión de un virus. Si
bien eso es “especulación”, como dice uno de los autores del estudio Hugo Zeberg,
del Instituto Karolinska, de Suecia, quién trabajó junto al famoso
paleogenetista Svante Paabo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva
en Leipzig, Alemania. (Link estudio)
Es posible que una respuesta inmune que funcionaba lo más
bien hace 50 mil años, no lo haga de una forma efectiva en el presente. Ahora
lo que hace es exagerar la respuesta, ya que esos genes están relacionados con
los efectos más severos de COVID19, que son un ataque descontrolado del sistema
inmunológico, que busca erradicar el virus del organismo, pero termina
lastimando e inflamando los pulmones.
Intercambiando genes con los neandertales
Ahora, ¿de dónde vienen estos genes? De una especie humana
que se originó hace unos 400 mil años en Europa, y se extinguió hace unos 40
mil. Pero no se extinguió del todo, permaneció dentro de nuestro ADN. En mayo
pasado se cumplieron 10 años, justamente, desde que se supo esto, cuando se
dio a conocer el genoma neandertal, es decir el conjunto de los genes que
componían el ADN del Homo
neanderthalensis.
Nuestra propia especie, el Homo sapiens, se originó en África hace unos 300 mil años, y
comenzó a aventurarse fuera de ella hace unos 200 mil años. El punto de
encuentro con nuestros parientes humanos los neandertales fue primero en Medio
Oriente, donde comenzó el entrecruzamiento que llevaría a que algunos genes, no
malignos, se mantuvieran en nuestro ADN durante decenas de miles de años.
El ADN neandertal se extrajo de huesos fósiles, parcialmente
convertidos en mineral, pero que a pesar de las decenas de miles de años que
llevan enterrados, todavía poseen alguna parte orgánica. “Parece que el ADN,
fragmentado en billones de pequeñas secuencias, se halla unido químicamente a
los minerales del tejido óseo”, me contó una vez Carles Lalueza Fox, experto en
paleogenética del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona.
Se sabe gracias a gran cantidad de estudios que muchos de
los genes que heredamos de los neandertales nos han conferido algunas ventajas
para adaptarnos a los ambientes que ha colonizado nuestra especie, como por
ejemplo, una
mejora en el sistema inmunológico para enfrentar a los virus.
El genoma neandertal, así como nuestro genoma sapiens, puede
ser estudiado por cualquier científico del mundo desde una computadora, ya que
la información de todos los genomas secuenciados en los últimos 10 años están
disponible en bases de datos de acceso público para los investigadores. Así fue
que Zeberg quiso buscar en esa base si los genes del Cromosoma 3 que estaban
volviendo más virulento al coronavirus tenían algo que ver con los
neandertales.
Descubrió la misma versión del Cormosoma 3 en el genoma de un
neandertal que vivió en Croacia hace unos 50 mil años. En seguida se comunicó
con el mayor experto en genoma neandertal del mundo, que es Svante Paabo, y
comenzaron a estudiar el tema. Lo que encontraron fue que efectivamente esos
genes relacionados con síntomas severos de COVID19 los habíamos heredado de
nuestros parientes neandertales.
Siguen abiertas las preguntas para que otros investigadores
ahonden sobre si hay más pacientes con síntomas severos que cuenten con esta versión
del Cromosoma 3 en su ADN, a la vez comprender por qué se volvió tan común en
algunas poblaciones del mundo, y cómo llegó hasta ellas en el remoto pasado.
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