El cerebro neandertal sería “muy humano” según un nuevo estudio publicado en The Anatomical Record, en el cual se analizó la huella del cerebro en el interior de un fragmento de cráneo extraído de la cueva de Piloña en la campaña de 2005. Se trata del individuo SD-1219. Este nuevo estudio aleja a la especie Homo neandertalensis del primitivismo que se le suele asociar.
Antonio Rosas, paleobiólogo es quien dirigió el estudio, investigador del departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales y uno de los investigadores permanentes de los restos de Sidrón.
En este estudio se analizó la huella que dejó el cerebro neandertal en el hueso craneal, más exactamente en la zona occipito-temporal, o sea la nuca. El hueso es el resto “más completo que ha salido de la excavación”, dijo Rosas. Es un caso bastante singular, ya que es difícil poder contar con esta huella en una región típica neandertal, que es el moño occipital, o sea una protuberancia en la parte trasera e inferior del cráneo.
El cerebro deja huellas, pese a ser un órgano blando. Es así que en la caja interior del cráneo se puede ver cómo era el cerebro, y se puede reconstruir su morfología. En esto han venido trabajando desde hace años los paleoantropólogos españoles de El Sidrón.
La anatomía cerebral se presenta distinta en ciertos aspectos, pero para Rosas “resulta un cerebro muy humano” y “nos pone en conexión con esa humanidad de los neandertales”. También dijo que “neandertales y sapiens somos distintos, pero eso no significa que ellos sean más primitivos o inferiores. Tienen su propia naturaleza y sus cualidades. Incluso, en algunos aspectos, la anatomía del neandertal está más evolucionada que la nuestra”.
La primera diferencia que notaron entre el cerebro neandertal y el nuestro esta relacionado con el modo de evacuación de la sangre, que difiere al de un sapiens pero es similar al visto en otros neandertales. Un segundo rasgo es la asimetría, “el lóbulo occipital en su parte izquierda está más retrasado que en la derecha”, algo que según Rosas puede estar relacionado con la capacidad del habla. Y también dijo que “existe una diferenciación de funciones en uno y otro lados del cerebro.
Un tercer punto es la simetría del cerebelo. Esto ayuda, dice Rosas, al “estudio del cerebelo en relación con el oído interno y nos abre las puertas al análisis de la manera de situarse los neandertales en el espacio”. El oído interno está relacionado con el equilibrio, y con nuestra capacidad de orientarnos.
EDITADO (luego de haber leído el artículo 29/4)
Rosas dice en el artículo que hasta la fecha se ha pensado que el cerebro neandertal era diferente al nuestro. Una de las ideas principales era que el famoso moño occipital del neandertal, esa protuberancia que tienen en la base posterior del cráneo, estaba relacionado con un índice diferente de crecimiento cerebral.
Vía La Nueva España
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