Vía Europasur
La cueva de Gorham, en Gibraltar, de la que hablamos hace poco tendría, hace 100 mil años, un litoral parecido al actual Parque Nacional de Doñana.
Ya la cueva de Gorham ha aportado pruebas de que los neandertales cazaban mamíferos marinos y otros de pequeño tamaño, y aparte ha sido también el yacimiento que arrojó la datación más reciente para restos neandertales.
El estudio, publicado en Quatermary Science Reviews por Geraldine y Clive Finlayson del Museo de Gibraltar, comparó el clima, la vegetación y las comunidades de aves y mamíferos de Doñana con los fósiles encontrados en Gibraltar.
Los investigadores explican que el clima entonces era más frío que hoy y que el cambio en el nivel del mar expuso una gran plataforma continental en el lado este de la Roca.
Esta plataforma estaba formada por un sistema dunar muy similar a los existentes hoy en Doñana. De hecho, casi todos los vertebrados que viven en el parque nacional -no sólo aves y mamíferos, también anfibios y reptiles- han sido identificados previamente a través de los fósiles hallados en Gorham con la excepción de los linces ibéricos y otras especies de zorro.
Un segundo estudio publicado en la misma revista, realizado por el mismo equipo con la ayuda del profesor José Carrión de la Universidad de Murcia, proporciona un detallado análisis de la vegetación existente en el entorno exterior de las cuevas y sus cambios como respuesta al clima.
Las reconstrucciones están basadas en fósiles y muestras de pólen. Por encima de todo, los autores muestran que el clima y el entorno fueron especialmente estables en la época de las glaciaciones, lo que permitió convertir al entorno en una reserva para ciertas especies.
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