Gracias a una nueva herramienta de Google, que permite leer revistas antiguas, pude encontrar este fragmento que les traduciré a continuación, que habla sobre el descubrimiento del Pithecanthropus erectus, o sea el primer Homo erectus. El fragmento pertenece a la revista Popular Science de marzo de 1895, Vol. 46, núm. 41. Lo copio tal cual:
Descubrimiento de un “eslabón perdido”. El Dr. D.G. Brinton comunica a Science el descubrimiento, en estratos del Pleistoceno temprano de Java, de tres fragmentos de tres esqueletos, que nos introducen una nueva especie, un nuevo género y una nueva familia del orden de los Primates, Pithecanthropus erectus, ubicándose entre los simios y el hombre – en otras palabras, aparentemente aportaría el “eslabón perdido” que ha sido esperado desde hace tanto tiempo y tan ansiosamente. El material, dice el Dr. Brinton, “es suficiente para una comparación osteológica de cerca. La capacidad cúbica del cráneo es unos dos tercios la del humano promedio. Es distintivamente dolicocéfalo, unos setenta grados – y es pasmosamente norma verticalis como el famoso cráneo Neanderthal. El aparato dental sigue siendo del tipo de un simio, pero menos marcadamente que en otros monos. El fémur es singularmente humano. Esto prueba más allá de dudas que esta criatura caminaba constantemente en dos patas, y cuando estaba erecto tenía una altura similar a la de un varón humano. De las muchas diferencias que lo separan del más alto simio del más bajo humano se puede decir que están más cerca de estos últimos que de los primeros. El autor (Eugene Dubois, del ejército holandés) cree que los escalones de la genealogía inmediata de nuestra especie son estos: Prothylobates; Anthopopithecus sivalensis; Pithecanthropus erectus; y Homo sapiens. Esta serie nos lleva a la provincia India y a los aspectos sureños de la gran cadena del Himalaya, como la región donde nuestra división específica de la gran cadena orgánica tuvo lugar”.
Este fósil, que cambió la paleoantropología del momento, fue descubierto entre 1891 y 1892 por Eugène Dubois en Java, pero lo dio a conocer publicando un estudio en 1894.
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