Hace 14 años, se descubrió una mandíbula fósil en Longgupo, Sichuan, China. Fue datada en 1,9 millones de años, una fecha espectacular, pero lo más llamativo del momento, fue que los autores del estudio, publicado en Nature, vincularon el fósil con los Homo habilis. Ahora, los mismos descubridores no están tan seguros de aquella conclusión.
Tener un Homo habilis de 1,9 millones de años en Asia indicaba que tal vez el Homo erectus no se hubiese originado en África, como se creía, sino en Asia y de allí habría ido al continente negro. También implicaba un posible origen del género homo en Asia. Como sigue creyendo una teoría que podía se beneficiada por el reciente hallazgo del Anoiapithecus brevirostris en España.
Pero ahora Russell Ciochon, uno de los autores del artículo de hace 14 años, vuelve a escribir en Nature sobre el tema, pero esta vez dudando de a quién atribuir la mandíbula de Longgupo.
“Pero ahora, a la luz de nuevas evidencias de todo el sudeste asiático y luego de una década de estudio de campo en Java, he cambiado de parecer”, dice Ciochon en el ensayo de Nature. “Ahora estoy convencido de que el fósil de Longgupo y otros parecidos no representan humanos pre erectus, sino a uno o mas simios indígenas de los bosques del Pleistoceno del sudeste asiático”.
Los fósiles más antiguos de Homo erectus en Asia tienen 1,6 millones de años, y vivían en un nicho ecológico de praderas. Ciochon no ha descubierto ningún pre erectus en ese tipo de ecosistema.
El yacimiento de Longgupo fue descubierto en 1984, está a unos 20 kilómetros al sur del río Yangtze. Al inicio del Pleistoceno, hace 1,8 millones de años, esa cueva se ubicaba cerca de un bosque subtropical tan rico como los bosques de la África actual. Allí se descubrieron muchos fósiles de mamíferos, incluyendo el extinto simio gigante Gigantopithecus, y los ancestros de los orangutanes y gibones.
El Lufengpithecus es un posible ancestro de los orangutanes, y Ciochon descubrió que la mandíbula de Longgupo tenía los dientes similares a este otro. Igualmente la identidad del Longgupo sigue en el misterio, pero para Ciochon es seguro que no podría ser un miembro del género Homo, ya que vivía en un ecosistema muy diferente.
Referencias
- The mystery ape of Pleistocene Asia. Russell L. Ciochon. Nature 459, 910-911 (18 June 2009) | doi:10.1038/459910a; Published online 17 June 2009.
Comentarios
Pues hombre, me parece un argumento poco convincente. 300.000años dan tiempo a adaptarse a un medio de praderas si se posee la tecnología adecuada para subsistir en él. Sobre todo cuando no todo es blanco o negro; están los bosques clareados, las praderas arboladas y los bosques de ribera que atraviesan praderas. Los habitantes de la jungla podrían haberse adaptado a medida que cambiase el clima.
Si basándose en datos dentales Ciochon deduce que estos fósiles son de simios, su razón tendrá. No creo que necesite procurarse más credibilidad con datos ecológicos que podrían interpretarse de otro modo.
Txema M