Dentro del cráneo, más exactamente en el hueso temporal, tenemos un laberinto óseo que es parte del oído interno que está formado por la cóclea , encargada de transformar las vibraciones que recibe el oído en mensajes enviados al cerebro, y por los canales semicirculares que se encargan de captar el movimiento de la cabeza, y la sincronización con la vista. Esta parte de nuestra anatomía está muy relacionada con la agilidad, pero no sólo en nosotros, sino también en todos los demás primates , y en los mamíferos en general. Un nuevo estudio ha analizado este laberinto en cráneos fósiles de primates para conocer cómo caminaban y cómo era la agilidad de nuestros ancestros de hace millones de años. El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences , consistió en tomografías computadas de los cráneos fósiles de primates de diversas regiones y épocas para poder conocer cómo se movian. En casi todos los casos el laberinto óseo del oído interno estaba bien