Un estudio publicado en Heredity por JH Relethford, de
La evidencia genética se viene utilizando desde hace ya algunas décadas para resolver estas cuestiones. Datos genéticos sobre poblaciones humanas actuales han sido utilizados para reconstruir la historia evolutiva de la especie considerando cómo los patrones humanos globales de variación podrían haber sido producidos dados los diferentes escenarios evolutivos.
“De particular interés son los árboles genéticos que reconstruyen el tiempo y espacio de los ancestros comunes más recientes de la humanidad para un determinado haplotipo y el análisis de las diferencias regionales en la diversidad genética”, dice Relethford en el artículo.
Como vimos aquí en Mundo Neandertal el ADN antiguo incluso ha permitido descubrir la variación genética en los neandertales europeos.
“La evidencia”, dice el autor, “apunta a un origen africano de los humanos modernos hace unos 200 mil años seguido de una expansión posterior de los modernos fuera de África por todo el mundo. Lo que no está tan claro es qué pasó cuando estos primeros humanos modernos se encontraron con los Homo arcaicos fuera de África. Al presente, es difícil distinguir entre el modelo del reemplazo genético total y el modelo que incluye algún grado de mezcla genética”.
El origen africano de nuestra especie es algo totalmente aceptado ya por todos los expertos, ya que tanto la evidencia genética como paleoantropológica apuntan hacia allí.
“A pesar de esto el debate continúa”, dice Relethford, “hay una creciente comprensión de que si bien África puede haber sido el origen primario de nuestros ancestros, puede no haber sido el único”.
Y sigue en las conclusiones: “Muchas de las investigaciones recientes han sido dirigidas hacia la cuantificación de qué cantidad de ascendencia no africana existe. Algunos estudios recientes del registro fósil y de la evidencia genética están creando un caso fuerte a favor de la asimilación de los genes arcaicos no africanos en el pool genético de los humanos modernos. Aunque el análisis del ADN mitocondrial antiguo ha sugerido que hubo poco aporte genético en Europa (los neandertales), es posible que algunos genes podrían reflejar una mayor ascendencia arcaica por la introgression adaptativa. Estas poblaciones se extinguieron, pero podrían haber dejado algún legado genético detrás. Análisis continuado del genoma humano en busca de evidencias de selección reciente y la posibilidad de un genoma neandertal, combinado con continuo aumento en el registro fósil, prometen hacer de las próximas décadas un tiempo exitante para la investigación de los orígenes de los humanos modernos”.
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